¿Qué valores se alteran en la sangre cuando hay cáncer?

Marcadores tumorales para detectar cáncer

Un artículo publicado en National Library of Medicine explica que los marcadores tumorales o biomarcadores de cáncer han revolucionado la forma en la que se aborda esta enfermedad desde la medicina, no solo porque ayudan en la detección de ciertos tipos de cáncer, sino porque pueden influir en el tratamiento y el pronóstico de los pacientes.

American Cancer Society también habla sobre el tema, y explica que los biomarcadores de cáncer son genes, proteínas y otras sustancias más que pueden analizarse para revelar detalles importantes sobre el tipo de cáncer que padece una persona. La lista de estos marcadores tumorales es muy amplia, y debido a que aún se realizan investigaciones sobre ellos, se siguen descubriendo algunos nuevos.

Dentro de los más importantes, podemos destacar los siguientes:

Es importante tener presente que los biomarcadores o marcadores tumorales no deben interpretarse como pruebas definitivas para detectar cáncer. Por sí solos no confirman ni descartan la presencia de un tumor, ya que sus niveles pueden ser normales en personas con cáncer o elevarse por causas no cancerosas. Por este motivo, los médicos los utilizan únicamente como parte de una evaluación más amplia, que puede incluir estudios de imagen, análisis de laboratorio complementarios y, en caso necesario, una biopsia. Solo la combinación de todas estas pruebas permite obtener un diagnóstico preciso y una valoración completa de la situación del paciente.

Para complementar la lectura, recomendamos leer uno de nuestros artículos, en el que explicamos de manera detallada cuáles son los síntomas del cáncer de cuello uterino y qué medidas se pueden tomar para prevenirlo. 

Análisis de sangre utilizados

No hay un tipo específico de prueba o análisis de sangre que se utilice para detectar los marcadores tumorales que mencionamos en el apartado anterior. MedlinePlus explica que esto se logra a través de una prueba de sangre común, que no tarda más de cinco minutos.

De igual manera, resalta que existen otros métodos complementarios, como las pruebas de orina y las biopsias. En estas últimas, se extrae una pequeña muestra del tejido del tumor para determinar si hay biomarcadores presentes.

Por lo general, el médico interpreta los resultados teniendo en cuenta la historia clínica, los síntomas y otros estudios de laboratorio o imagen. Esto se debe a que los valores de referencia pueden variar de una persona a otra, e incluso factores como infecciones o enfermedades benignas pueden alterar los resultados.

La frecuencia con la que se realizan estas pruebas depende de la etapa en la que se encuentre el paciente. En quienes ya han recibido tratamiento, los análisis periódicos permiten monitorear la evolución y detectar de manera temprana una posible recurrencia de la enfermedad.

Cambios en los leucocitos y su relación con el cáncer

Los leucocitos, también conocidos como glóbulos blancos, son un componente esencial del sistema inmunológico y cumplen la función principal de defender al organismo frente a infecciones, agentes extraños y células anormales.

En el contexto del cáncer, las alteraciones en el número o el comportamiento de los leucocitos pueden ser una señal temprana de que existe un problema de salud. American Cancer Society habla de ello, y menciona una condición conocida como neutropenia, en la que los niveles de glóbulos blancos disminuyen de forma significativa debido al cáncer, los tratamientos contra el cáncer y algunos trastornos que afectan la médula ósea.

Por otra parte, Cleveland Clinic habla de la leucocitosis, que se caracteriza por un aumento significativo de los glóbulos blancos, y que, aunque suele estar asociada a infecciones o trastornos del sistema inmunológico, también puede ser una señal de ciertos tipos de cáncer de sangre o trastornos de la médula ósea.

Vale resaltar que el estudio de los leucocitos en personas con cáncer no se limita únicamente a contar cuántos hay en circulación, sino que también analiza su morfología y función. Los laboratorios pueden detectar anomalías en la forma, tamaño o grado de maduración de estas células, lo cual brinda pistas valiosas sobre el tipo de enfermedad presente.

Para complementar, recomendamos leer nuestro artículo sobre los efectos del tabaco, ya que este es uno de los factores de riesgo más importante para diferentes tipos de cáncer, y su consumo está asociado a millones de muertes todos los años. 

Alteraciones en los niveles de hemoglobina y hematocrito

La hemoglobina es la proteína de los glóbulos rojos encargada de transportar oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos, mientras que el hematocrito mide el porcentaje del volumen total de sangre que corresponde a estos glóbulos. Cuando aparecen alteraciones en sus valores, pueden ser indicio de diversas condiciones, entre ellas procesos relacionados con el cáncer.

Una disminución significativa en los niveles de hemoglobina y hematocrito suele asociarse a la anemia, un trastorno común en pacientes oncológicos que puede deberse tanto a la enfermedad en sí como a los tratamientos aplicados.

Como consecuencia, los pacientes experimentan síntomas como fatiga, debilidad, palidez o falta de aire incluso con esfuerzos leves, lo que reduce de manera considerable su calidad de vida.

En uno de sus artículos, Mayo Clinic explica que un recuento bajo de células sanguíneas puede ser una complicación grave durante el tratamiento oncológico, y resalta que los niveles normales de hemoglobina son de 13,2 a 16,6 en hombres y de 11,6 a 15 en las mujeres. Un recuento de hemoglobina inferior a 8 es motivo de preocupación y puede requerir de atención médica.

En caso de padecer anemia asociada a cáncer, se deben seguir las recomendaciones de los especialistas y hacer lo posible por tener una dieta rica en hierro. Para complementar, recomendamos leer nuestro artículo sobre transaminasas altas, ya que puede ser un indicador de problemas de salud como el cáncer de hígado.

La importancia de los electrolitos y otros parámetros bioquímicos

Los electrolitos, como el sodio, el potasio, el calcio y el cloro, son minerales fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo, ya que regulan procesos vitales como la contracción muscular, la transmisión nerviosa y el equilibrio de líquidos.

En pacientes con cáncer, mantener niveles adecuados de estos compuestos resulta especialmente importante, dado que las alteraciones en su concentración pueden provocar complicaciones graves. Por ejemplo, una disminución del sodio en sangre, conocida como hiponatremia, puede ocasionar confusión, convulsiones o incluso pérdida de conciencia si no se corrige a tiempo.

El asunto con esto es que los tratamientos para el cáncer pueden afectar los niveles de electrolitos en el cuerpo de muchas maneras. Tanto la quimioterapia como la radioterapia pueden causar desequilibrios importantes, según resalta Roswell Park Comprehensive Cancer Center.

La recomendación de los especialistas es mantenerse hidratado y comer suficientes alimentos ricos en electrolitos, como la espinaca, el pavo, el aguacate, la soja, la fresa y los plátanos.

En el caso de la prevención, es importante adoptar un estilo de vida saludable, y seguir las indicaciones de los médicos sobre los alimentos cancerígenos que se deben eliminar de la dieta. 

Conclusiones y recomendaciones sobre análisis de sangre

Los análisis de sangre son una herramienta clave en la detección y el seguimiento del cáncer. A través de ellos es posible identificar alteraciones en marcadores tumorales, en parámetros hematológicos o en indicadores bioquímicos que reflejan el estado general del organismo.

Al mismo tiempo, estas pruebas no solo son relevantes para personas con diagnóstico confirmado, sino también para quienes presentan factores de riesgo. Por ejemplo, en el caso de la prevención del cáncer de próstata, los análisis de sangre que incluyen la medición del antígeno prostático son una herramienta de control rutinario que puede salvar vidas si se realizan con regularidad.

De igual manera, quienes tienen antecedentes familiares de otros tipos de cáncer pueden beneficiarse de exámenes periódicos, ya que la detección precoz abre la puerta a tratamientos menos invasivos y con mayores tasas de éxito.

Por último, tenemos que señalar que mantener hábitos saludables, como una alimentación equilibrada y rica en alimentos anticancerígenos, puede contribuir a mejorar el estado general del organismo y optimizar la respuesta frente a los tratamientos. Frutas, verduras, legumbres y cereales integrales no solo favorecen el equilibrio metabólico, sino que también aportan antioxidantes y compuestos protectores que ayudan a reducir el riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer.